“Millenium Nucleus of Patagonian Limit-of-Life, LiLi”, es el nombre del recién adjudicado Núcleo milenio que se dedicará al estudio de los bosques patagónicos de alta montaña en Los Andes australes. La iniciativa será liderada por Roberto Nespolo, académico de la Universidad Austral de Chile e investigador en los centros CAPES e iBio.
Los bosques de la Patagonia son un refugio mundial para el calentamiento global. Según estudios científicos, la Patagonia será la zona terrestre menos afectada por el calentamiento en América del Sur debido a que es un bioma frío, reserva de agua y de biodiversidad en esta parte del planeta.
Esta premisa llevó a Roberto Nespolo, académico en el Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, de la Universidad Austral de Chile, investigador en CAPES y en iBio, a postular y adjudicarse el “Núcleo milenio sobre el límite de la vida Patagónica: restricciones ambientales en genética y ecofisiología”, o LiLi, acrónimo por su nombre en inglés “Millenium Nucleus of Patagonian Limit-of-Life”.
Este es uno de los 8 proyectos adjudicados en el concurso “Núcleos Milenios en Ciencias Naturales y Exactas y en Ciencias Sociales 2021” de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, que busca promover la creación y desarrollo de centros de excelencia para la investigación científica y tecnológica de frontera en el país, el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas de alto nivel y la difusión y transferencia del conocimiento a los sectores productivos. En esta iniciativa en particular, participan además de la Universidad Austral de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Talca y la Universidad de Santiago de Chile.
Desde el concepto a su materialización
¿Cómo surgió la idea de desarrollar este nuevo Núcleo Milenio? “Hace varios años que con mi colega Francisco Cubillos (USACH), nos habíamos dado cuenta de que los ecosistemas de bosques patagónicos albergan una riqueza natural única en el mundo”, señala Nespolo, “primero al descubrir la gran variedad de levaduras nativas que se extraen de los Nothofagus de altura (lengas, coihues, ñirres) y después con la investigación sobre el monito del monte, cuya hibernación está estrechamente ligada al ciclo del bosque”.
Ambas investigaciones inspiraron a Nespolo y Cubillos a volcar estas ideas en un proyecto multidisciplinario, “pero nos faltaban los especialistas en ecofisiología vegetal de los Nothofagus, y en modelamiento de nicho ecológico”, recuerda Nespolo, fue así que “contactamos a Frida Piper (UTalca), ecofisióloga vegetal y especialista en bosques alpinos, quien enganchó de inmediato con la idea. Frida nos habló de lo clave que son las reservas de carbono para la resistencia al estrés en árboles en general y que en Nothofagusexplicarían la capacidad de la especie de formar el límite arbóreo o “treeline”, que es el límite altitudinal superior de distribución arbórea (revisa la foto). Curiosamente, en cualquier parte del mundo el treeline ocurre a la elevación donde la temperatura media de la estación de crecimiento es 6.7ºC, por lo que este ecotono es un modelo ideal para estudiar la respuesta de los ecosistemas de bosque de alta montaña, frente al cambio climático”.