En el marco del Día Internacional de los Bosques, se resalta la importancia vital de preservar y reforestar los ecosistemas forestales nativos, especialmente los bosques de Nothofagus en Chile. Estos bosques, caracterizados por su antigüedad y singularidad, albergan una biodiversidad excepcional que merece ser protegida y estudiada.
La investigadora Gabriela Narváez, estudiante de doctorado, y la Dra. Claudia Reyes, postdoctorada, ambas pertenecientes al Núcleo Milenio LiLi, han dedicado sus esfuerzos a comprender la biodiversidad y los desafíos de conservación que enfrentan los bosques de Nothofagus. Según sus investigaciones, estas especies, como el ruil, el hualo y el roble de Santiago, enfrentan serios problemas de conservación, lo que subraya la urgencia de tomar medidas para su protección.
“Los bosques de Nothofagus son sumamente antiguos, se estima que su origen se remonta a finales del Gondwánico cuando aún estaba unido al continente Antártico, Sudamérica y Oceanía y que la diversificación de todos los árboles de este grupo fue ocurriendo a medida que los continentes se fueron separando y la Antártica enfriando. De las 11 especies que podemos encontrar en Sudamérica , 6 de ellas solo están presentes en Chile, dominado los bosques desde la zona central hasta la zona austral de nuestro país. Se ha reconocido a nivel internacional que 3 de ellas tienen graves problemas de conservación. Este es el caso de Nothofagus alessandrii (ruil), en peligro, N. glauca (hualo) y N. macrocarpa (roble de Santiago), catalogadas como vulnerables, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).” comenta la investigadora Narváez.
Los bosques de Nothofagus desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima, la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, el cambio climático representa una amenaza creciente para su supervivencia, con alteraciones en su distribución geográfica, aumento del estrés hídrico y mayor incidencia de plagas y enfermedades.
“Los bosques nos ayudan a la regulación de los niveles de C02 y oxígeno a la atmósfera, influyen en el ciclo del agua a través de la evapotranspiración, participan en la regulación de procesos biogeoquímicos (en nutrientes como carbono, nitrógeno y fósforo), protegen el suelo de la erosión por lluvias, y nos aportan bienestar directamente al proporcionarnos espacios para recrearnos, promoviendo salud física y mental, entre muchos otros.” Recalca Gabriela.
Para mitigar estos efectos, es necesario implementar estrategias de conservación y manejo forestal sostenible, que incluyan la creación de reservas naturales, la restauración de hábitats degradados y la promoción de prácticas de manejo forestal que protejan la biodiversidad.
“La conservación y gestión sostenible de los bosques de Nothofagus son fundamentales para mantener este papel como sumideros de carbono, aunque su efectividad puede verse comprometida por los impactos negativos del cambio climático en la salud y distribución de estos bosques, resaltando la importancia de abordar la mitigación de estos impactos.” Comenta la Dra. Claudia Reyes, quien se ha dedicado a la investigación de los bosques chilenos.
La investigación genómica de los bosques y particularmente de Nothofagus juega un papel crucial en este proceso, proporcionando información vital para diseñar estrategias de conservación efectivas. Al comprender mejor la diversidad genética de estas especies, se pueden identificar poblaciones clave para la recolección de semillas y la restauración ecológica.
En el terreno, la acción e investigación no se detiene. Paulo Moreno, Ingeniero Forestal, en colaboración con CONAF y el Núcleo Milenio LiLi (Límite de la vida Patagónica: restricciones ambientales en genética y ecofisiología), lidera el próximo proyecto de prospección y monitoreo de la fauna, a través del estudio del monito del monte. Esta iniciativa, que incluye capacitaciones y muestreos, son fundamentales para comprender y proteger la biodiversidad de nuestros bosques.
Desde CONAF Coyhaique se comunicó con el Núcleo LiLi por la presencia de aparentemente un marsupial, en la región de Chaitén, lo que sugeriría una extensión inusual de su rango de distribución. Ante esta situación se propuso llevar a cabo un proyecto de prospección para estudiar la presencia de este marsupial. El proyecto, que inicia el 25 de este mes con charlas y capacitaciones lideradas por Paulo Moreno e Isidora Camus, las cuales incluirán el primer muestreo de Dromiciops en la zona, en colaboración con los guardaparques de CONAF, quienes se encargarán de los muestreos en tres sitios diferentes.
“Como científico y como ser humano, me preocupo del cuidado de nuestros bosques, donde es necesario a través de buenas prácticas silviculturales mantener estas superficies, que entregan una variedad de servicios ecosistémicos. Uno de los puntos más altos a identificar de los bosques es su importante biodiversidad, desde microorganismos, dónde el núcleo LiLi está estudiando levaduras nativas, hasta mamíferos. Una de las principales amenazas de mamíferos, como el monito del monte, emblema de nuestro núcleo, es la pérdida de bosques, a través de cambio de uso de suelo o a través de la fragmentación del paisaje.”, finaliza Paulo Moreno.